Temas de Análisis y Discusión




TRIBUNA: MICHELLE BACHELET

Laberintos de cristal



La bandera de la igualdad ha sido para mi y para millones la principal causa para enrolarnos en las filas de la política activa. Llegamos a ella para cambiar el orden natural de las cosas; aquel orden donde la desigualdad ocupa -y sigue ocupando, lamentablemente- un lugar tan preponderante. Aquel orden donde el más grande arrasa con el más chico. Donde se perpetúan en el tiempo divisiones sociales, étnicas o geográficas. Donde vastos sectores de la comunidad, como las mujeres, son sometidos a arbitrarias diferenciaciones.





La desigualdad acompaña muy especialmente a los latinoamericanos, donde las segregaciones de todo tipo son más fuertes que en otras latitudes. Son décadas y décadas de lucha contra esta verdadera vena abierta que posee nuestra tierra. Resulta triste revisar las crónicas de hace cien años, las crónicas del primer centenario, cuando historiadores y políticos de la época ya hablaban de la pobreza, de la insalubridad y de la enorme desigualdad que aquejaban a aquellas jóvenes naciones. Sin embargo, resulta esperanzador ver cómo en algunas áreas de política se ven avances. A los primeros esfuerzos en materia de salud y nutrición infantil, en materia de consolidación institucional, de igualdad ante la ley, en materia de cobertura escolar, entre otras, comienzan a sumarse hoy mayores resultados en materia territorial, en materia indígena, en los temas de la mujer, por nombrar sólo algunas.
Por eso me complace revisar volúmenes como este Informe Regional sobre Desarrollo Humano: actuar sobre el Futuro: romper la transmisión intergeneracional de la desigualdad. Porque en el fondo, lo que en él se señala es que con adecuadas políticas y fuertes compromisos, se puede efectivamente romper este círculo y avanzar en justicia social.
Son numerosos los países de América Latina donde hemos avanzado. Hasta antes de la crisis financiera internacional, la región fue capaz de sacar de la pobreza a decenas de millones de conciudadanos en poco más de un lustro. Y más aún, ahora que comienzan a aparecer las primeras mediciones post-crisis, vemos que si bien ésta tuvo un efecto negativo en los más vulnerables de la región, este efecto fue significativamente menor a lo que ocurría en el pasado, cuando cada crisis económica arrojaba a la miseria a millones de latinoamericanos.
Así lo hemos visto ocurrir en mi país, Chile, donde las últimas mediciones muestran una leve alza en la tasa de pobreza (1,4%) para el período 2006-2009, básicamente debido a la combinación entre mayor desempleo producto de la crisis financiera y una extraordinaria alza en los precios de los alimentos, lo que hizo subir la vara con que se mide la pobreza. Con todo, al analizar las cifras uno se da cuenta del enorme efecto que han tenido las políticas de protección social y cómo éstas evitaron lo que pudo haber sido una catástrofe humana. Los chilenos tenemos muy en mente lo que ocurrió en los años 80, cuando la dogmática neoliberal manejaba la economía, la cesantía superaba el 30% y la pobreza llegó a afectar al 45% de la población.
Pero hay algo más en las cifras recientes de mi país: vemos cómo la desigualdad mantiene la trayectoria descendente que inició a mediados de la década; es decir, poco a poco el país comienza a hacerse más igual gracias a las políticas públicas que se han ido implementando en las últimas dos décadas.
Sabemos también que la desigualdad se juega más allá de las cifras. Hay una serie de aspectos simbólicos y normativos que se deben remover. Hace poco, el Informe de Desarrollo Humano en Chile hablaba de aquellos laberintos de cristal que tenían que enfrentar las mujeres en el país en su camino vital. Laberintos que ofrecen salidas para algunas afortunadas, pero que en muchos casos significan que la mujer -como puede ser cualquier otro grupo discriminado- vea postergadas sus posibilidades de desarrollo. Entonces, romper los círculos de desigualdad y romper la transmisión de generación en generación de ella, pasa por asumir dicha realidad. Los avances de los últimos años en materia de reconocimiento y derechos de diversos sectores a veces muestran la otra cara, la de los límites sociales, la de las resistencias en los valores, y las prácticas individuales e institucionales que hace que millones de latinoamericanos sigan atrapados en aquellos laberintos de cristal. Es por ello que la difusión de aquella realidad -como hace este Informe- y el compromiso político de todos los sectores se hace tan relevante.
La realidad nos demanda respuestas integrales y reclama el necesario papel del Estado como garante en el desarrollo de la justicia social y de la titularidad de los derechos, potenciando el desarrollo de la economía y de la democracia para la construcción de una sociedad más igualitaria.
Se requiere de un nuevo papel del Estado, del mercado y las familias en el cuidado de las personas, incluyendo la corresponsabilidad social. Nuevas formas de organización cotidiana, y de los entes públicos y del sector privado, que deben ser orientados con el aporte de las políticas públicas. Pero más que nada, se requiere potenciar las aspiraciones de niños y niñas, de madres y padres -como plantea este Informe- para que la igualdad sea una realidad.
Michelle Bachelet es ex presidenta de Chile













TERMOELECTRICAS 

En los próximos meses, el Consejo Regional del Medio Ambiente (COREMA) de la Región de Coquimbo, tendrá la delicada misión de votar la aprobación o rechazo de dos proyectos que tendrán gran impacto en nuestra Región. Se trata de las Termoeléctricas Barrancones, de Suez Energy  y Cruz Grande, de CAP con una inversión total entre ambas de 1.560 millones de dólares.  Ambas se ubican a pocos kilómetros de la localidad de Chungungo. Producirán en conjunto 900 MW utilizando carbón bituminoso y subbituminoso.

En el área y a sólo 22 Km. existe una Reserva Marina (Isla Choros) y la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt (Isla Damas e Isla Choros), en ellas viven aproximadamente el 80% de la población mundial de esta especie en peligro de extinción.  y académico de la Universidad Católica del Norte (UCN) señalo que: "Las termoeléctricas pretenden instalarse al sur de acá, pero la corriente (de Humboldt) corre precisamente de sur a norte, por lo que nos afectará mucho cuando comiencen a operar".

Los pobladores están muy preocupados por la gran cantidad de emisiones que irán en dirección de los Choros por el viento sur, la cercanía de la cancha de acopio de cenizas, la fuga de polvo de carbón y cenizas por su manejo, los impactos negativos en las áreas marinas de manejo de los pescadores,  por la captación de millones de litros de agua marina por hora y la devolución de la misma agua con una mayor temperatura de 10 grados, así perjudicando ecosistemas marinos con el riesgo de una menor producción de locos y lapas, menos pesca y menos turismo. Tienen razón los pobladores, la Termoeléctrica Guacolda, ubicada en la comuna de Huasco, con una capacidad de 450 MW emite a la atmósfera 108 Toneladas de CO2 por día con sus lógicas consecuencias. Barrancones y Cruz Grande emitirán el doble de CO2. A ello se suman las suspicacias ante los nuevos personeros, producto de los cargos que han ostentado antes.  En efecto, Sergio Gahona Salazar, el nuevo intendente de la IV región, se desempeñaba como gerente de Fundación Minera Escondida, y la relación de las centrales termoeléctricas con las mineras del sector es clave, pues se espera que la generación de energía sea precisamente para esa industria

A su vez, la nueva ministra de Medio Ambiente, María Ignacia Benítez, figuraba hasta hace poco como jefa de proyectos Senior de la firma Gestión Ambiental Consultores, puesto mediante el cual lideró la tramitación ambiental del proyecto Cruz Grande de CAP.

Nuestro partido, en su Carta de Principios señala lo siguiente: “El PPD considera como un principio fundamental de su accionar la protección de los recursos naturales y luchará por impedir su explotación irracional que amenace a las futuras generaciones, asignando una particular importancia a la preservación del medio ambiente”.  Consecuentemente con este principio,  el PPD Región de Coquimbo se ha opuesto permanentemente a la instalación de estas plantas, lo ha demostrado con manifestaciones publicas realizadas el año pasado y con sus representantes en la COREMA (Gobierno de Michelle Bachellet) dispuestos a no aprobar estos proyectos.  Es cierto que Chile necesita energía ya que importa el 70% de la energía que necesita, pero la solución no pasa por hacerlo a costa del medio ambiente, las personas y de las fuentes laborales de ellas.  Pensamos que es la oportunidad de innovar en materia de energía, en la actualidad solo con aerogeneradores se han instalado o están en vías de instalarse una capacidad de generación eléctrica de 1.000.000 MW, las alternativas existen, no tenemos que destruir el medio ambiente, sobre todo en una región que se ha apostado fuerte al turismo por sus bellezas naturales.

Esperamos que los Consejeros Regionales de la Concertación que integran la COREMA, como las nuevas autoridades escuchen a la ciudadanía, al mundo científico e incluso a los servicios del estado (CONAF, Armada de Chile, Etc.) que se oponen al desarrollo de estos proyectos.

Iván Rodrigo Hernández Gentina
Ingeniero Forestal
Ms.(c) en Ecología de zonas Áridas